Desde Generación Savia, queremos compartir con vosotros el testimonio de Javier Domínguez, un profesional senior, paisajista autodidacta, que no ha dejado de trabajar con constancia y perseverancia para hacer realidad su sueño.
Me llamo Javier Domínguez Angulo, tengo 51 años camino de los 52 y quiero compartir un proyecto personal en el que llevo trabajando más de cinco años: diseñar un olivar de miel y un viñedo de miel.
El olivar de miel consiste en colocar setos de aromáticas entre las hileras de olivos para obtener, además de aceite, miel y aceites esenciales de las aromáticas. Este sistema tiene además otros beneficios ya que permite que las abejas coman todo el año; y si el terreno está en pendiente, las aromáticas retienen el agua y la tierra fértil, evitando la erosión.
Las abejas por su parte polinizan todo el territorio fortaleciendo la biodiversidad y preparando el terreno para el cambio climático. Es la mayor transformación del olivar desde la época de los romanos.
El viñedo de miel consiste en colocar bandas de flores a modo de terrazas entre las hileras de vides, con un funcionamiento análogo al olivar de miel. Las flores enriquecen la bioquímica del suelo fortaleciendo las cepas, y atraen turistas.
Desde finales de 2016, empecé a compartir esta información gratis siguiendo mi máxima: cuanta más gente reflexione sobre el territorio, antes vendrán las soluciones. Pensaba que antes o después alguien vería lo que he hecho y me contrataría.
En los tres años siguientes envié múltiples correos electrónicos con información sobre mi proyecto y al principio no obtuve muchas respuestas. Mi primera oportunidad llegó en la Feria de Biocultura, donde la periodista Maripí Gadet de Green Press Comunicación me escuchó hablar y decidió apostar por mí, publicando el primer artículo sobre el tema: Viñedo de miel.
Con el artículo en la mano me dirigí a medios especializados en el aceite y empezaron a publicarme online. Poco a poco se empezó a formar una bola de nieve que llegó a las 30 publicaciones y a unas 300.000 personas.
Gracias a estos artículos, conseguí conectar con la apicultora Eva Miquel del Amo (www.abejas.org), que había leído uno de ellos y apostó por crear un grupo operativo llamado “Olivares de miel”. En el grupo operativo están la Unión de Cooperativas Agrarias Madrileñas (UCAM), Unión de Pequeños Agricultores (UPA); el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) , apicultores, olivicultores y yo mismo.
Hemos recibido 165.000 euros de ayuda a tres años para desarrollar el olivar de miel. Queremos demostrar que se puede plantar aromáticas sin perjudicar la producción de aceituna favoreciendo además a las abejas. Un proyecto para el que servirían también otras plantas, y podría suponer un ingreso extra para los olivicultores, alejando la crisis del sector.
En la prevención de desastres naturales, Naciones Unidas y Brigaid, una red europea, se han interesado ya por el olivar de miel para mitigarlos.
En la actualidad ya hemos publicado 60 veces llegando a un alcance de 600.000 personas, y esperamos llegar en febrero de 2021 a 3 - 4 millones de personas.
El viñedo de miel va más lento, con cerca de 100.000 personas a las que ha llegado la información. Hay tres bodegas interesadas en implementarlo, pero son muy discretas en su ejecución.
Además, recientemente he diseñado una propuesta paisajística para armonizar la Amazonía y agricultura que han publicado en la revista Paisajismo Digital.
Durante estos tres años ha habido personas que se han reído de mí por haber apostado a ciegas. Pero las oportunidades han ido apareciendo.
Aunque por ley del grupo operativo no podemos cobrar dinero, ya he recibido ofertas de un investigador de la Universidad de Jaén y otras empresas jienenses para prestarles mis servicios. Ahora, otro grupo operativo de Andalucía quiere hacerme una oferta en enero.
Yo aposté por mi proyecto y estoy recibiendo recompensas, así que animo a todos aquellos que se lo están pensando a que se lancen si tienen una idea ilusionante. Miren lo que conseguí sin dinero, ha sido solo ilusión y constancia.
Y les digo que en el tema del paisajismo hay trabajo en España para los próximos 30 ó 40 años, con o sin covid.
Sí, he comenzado una nueva apuesta a ciegas con un proyecto para la participación de las personas mayores como voluntarios en medio ambiente.
Durante el confinamiento decidí escribir una guía sobre voluntarios mayores medioambientales, Ecoseniors, y probé suerte con el mundo editorial sin éxito.
Entonces, Cristina Rodríguez Benito, psicóloga que dirige el sitio web www.infogerontologia.com, me propuso maquetar la guía para hacerla más atractiva y que la gente pudiera descargársela desde su web. La guía ya está disponible a través de este enlace y varias asociaciones de mayores y de profesionales han mostrado interés en ella.
El futuro de las personas mayores como voluntarios medioambientales es tremendo. Hay millones de mayores en las ciudades con acceso a internet para hacer “trending topics”, y millones de mayores en el campo con experiencia medioambiental, que trabajando juntos podrían lograr un alto impacto.
Para las personas de más de 50 años puede ser una gran oportunidad crear webs que pongan en contacto a estos dos colectivos.
Al igual que con el olivar de miel, estoy seguro de que llegarán ofertas de trabajo con respecto a los mayores y el medioambiente.
Como ven he hecho apuestas a ciegas, y pese a las risas, han salido bien. Les animo a soñar despiertos.