En el nuevo contexto que se abre tras la pandemia del coronavirus, la regulación y las instituciones laborales tal y como están concebidas pronto deben adaptarse a nuevas realidades. La vigencia de conceptos tradicionales como el centro de trabajo, el puesto de trabajo, el tiempo de trabajo, los modelos de contratación, la movilidad, los sistemas de compensación y retribución…deberán dejar paso a nuevos modelos en los que los profesionales podrán trabajar, anytime o anywhere, a la vez para varias organizaciones e incluso con varios roles y relaciones jurídicas distintas que tendrán que ser reguladas con nuevas normativas.
Está irrumpiendo diferentes formas y modalidades de trabajar, muchas de ellas novedosas en nuestro país. Me quiero centrar en el Interim Management. Concepto muy interesante para enfrentarse a los retos que tienen las empresas en el nuevo contexto y así solventar situaciones puntuales que pueden tener las organizaciones, en sus capas de dirección. El Interim Management consiste en la prestación de servicios de dirección prestados a través de directivos con experiencia demostrada, durante un periodo de tiempo, con el objetivo de satisfacer una necesidad concreta y extraordinaria en una organización. Es un servicio de naturaleza mercantil que permite acceder a talento directivo sin incrementar estructura.
El interés de las empresas por contratar directivos para un tiempo determinado ha aumentado progresivamente en los últimos años. En países como EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda, llevan décadas ya contratando servicios de directivos por proyectos o por periodos de tiempos concretos. En estos lugares, el Interim Management es más un estilo de vida y está plenamente arraigado en el mundo empresarial. En España, en los últimos años cada vez más compañías están demandando esta clase de servicios y percibiendo su valor.
La casuística puede ser diversa para la contratación de esta clase de servicios y encaja perfectamente en los tiempos que vienen de incertidumbre de reorientación estratégica y reformulación de objetivos. Situaciones concretas temporales como procesos de reestructuración, optimización de la situación financiera, adaptación de las capacidades productivas, aseguramiento de la cadena de suministro, revisión de la estrategia y actuaciones comerciales, aceleración de los proyectos de digitalización, senior advisory, profesionalización de una empresa familiar o la expansión o continuidad en un país determinado, pueden ser escenarios idóneos para poder requerir estos servicios.
El perfil de los directivos que se incorporan en los servicios son profesionales con amplia experiencia en responsabilidades de dirección, en un ámbito funcional de la empresa o en un sector de actividad. Las competencias que aportan los directivos en estos servicios son múltiples y variadas. Además de la experiencia funcional o sectorial, acreditan otras competencias como el liderazgo, la inteligencia emocional, el compromiso, la resiliencia, la serenidad, el pensamiento crítico, el sentido analítico o la adaptación al cambio. Todo ello, muy enfocado a ser tremendamente ejecutivos y eficaces para aportar valor y conseguir los resultados esperados.
Estos directivos se implican e integran con facilidad en el engranaje de las organizaciones, aportando aire fresco con soluciones innovadoras y perspectivas diferentes para resolver las situaciones. Son profesionales que ya han vivido situaciones de crisis y complejas en el pasado. Y al tratarse de personas ajenas a la organización, no están condicionado por situaciones cainitas o históricas de la empresa ya que poseen una perspectiva neutra y objetiva de la situación, lo que les permite proponer y adoptar decisiones sin que un vínculo emocional les impida actuar. Y por último, estos servicios, a nivel de contratación aportan gran flexibilidad ya que no afectan al headcount de la empresa.
Las ventajas percibidas por las empresas clientes, según un Estudio reciente del Instituto Empresarial de Interim Management, son evidentes, siendo la posibilidad de contar con experiencia y seniority para un proyecto determinado y la rapidez en la implementación de soluciones, las dos más valoradas. El alto nivel de satisfacción de las empresas que han recurrido a esta clase de servicios ha sido puesto de manifiesto en recientes estudios, demostrando el creciente índice de recurrencia de nuevos servicios adicionales.
Esta pandemia ha supuesto el evento socioeconómico y geopolítico más importante desde la segunda guerra mundial. Está claro que esta crisis va a suponer importantes cambios en todos los órdenes de nuestras vidas y sobre todo en el mundo empresarial. Muchas amenazas en el horizonte pero también oportunidades. Las empresas van a tener que reinventarse adoptando profundos cambios en sus organizaciones y modelos de trabajo para poder recuperar cuanto antes el nivel de actividad adecuado.
Para poder ser competitivos, los empresarios deben ir a estructuras más ágiles y convertir los costes fijos en variables. El concepto de la “flexiseguridad” como modelo de organización del mercado de trabajo se debe imponer. Países de nuestro entorno europeo lo tienen plenamente incorporado en su acervo empresarial con resultados muy positivos y eficaces. La situación es extraordinaria. Los responsables de las empresas deben actuar y tomar decisiones rápidas acertadas. El “change agility” es clave. Utilizando una cita del siglo pasado pero de plena vigencia hoy; “Nunca antes el futuro nos había parecido tan anticuado”.
Autor: Patricio Gil Olmedo, Socio Director de EPUNTO Interim Management.