La globalización de la economía y la denominada cuarta revolución industrial caracterizadas por la integración, la conectividad y la innovación abierta está trayendo nuevas oportunidades para el crecimiento económico y la prosperidad y la creación de nuevos ecosistemas en el ámbito del trabajo. Esta nueva revolución, llamada digital, la deberíamos de ver todos más como oportunidad, que como peligro para el mundo del trabajo.
Las empresas y los individuos tendrán que reinventarse para afrontar los retos de las nuevas cualificaciones y competencias demandadas y deberán gestionar los cambios con rapidez ya que van a ir redefiniéndose los puestos de trabajo y los procesos de negocio de manera continua e imparable. Existen muchos campos nuevos por cubrir lo que generará una gran demanda de profesionales relacionados con lo digital (expertos en Big Data, en ciberseguridad, analistas de datos, estadísticos, …) y, por supuesto, serán más necesarios que nunca los profesionales de la función de recursos humanos para crear el entorno adecuado para que las empresas y los trabajadores puedan adaptarse y gestionar las incertidumbres del nuevo mercado del trabajo.
En ese contexto, las normas y las instituciones laborales tal y como están concebidas tanto a nivel global como a nivel local en distintos países y jurisdicciones pronto deben adaptarse a nuevas realidades y su vigencia y actualidad en conceptos o ejes tradicionales como el de centro de trabajo, tiempo de trabajo, puesto de trabajo, modelos de contratación, movilidad, sistemas de compensación y retribución…deberán dejar paso a nuevas realidades en las que los profesionales trabajan, anytime o anywhere, a la vez para varias organizaciones y con varios roles y relaciones jurídicas distintas que tendrán que ser reguladas con nuevas normativas que fomente la seguridad jurídica y reduzca los ámbitos de incertidumbre y conflictividad.
Está irrumpiendo diferentes formas y modalidades de trabajar, muchas de ellas novedosas en nuestro país. Entre ellas, me quiero centrar en el Interim Management. Concepto muy interesante para, por un lado, desarrollar los retos que tienen las empresas en el nuevo contexto y por otro, solventar situaciones puntuales que permanentemente tienen las organizaciones, en sus capas de dirección. El Interim Management consiste en la contratación por parte de las empresas, de directivos externos con experiencia demostrada en una disciplina profesional, durante un periodo de tiempo determinado para cumplir una tarea ejecutiva específica.
El interés de las empresas por contratar directivos para un periodo de tiempo determinado ha aumentado progresivamente en los últimos años. En países como EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda, llevan décadas ya contratando servicios de directivos por proyectos o por periodos de tiempos concretos. En estos lugares, el Interim Management es más un estilo de vida y está plenamente arraigado en el mundo empresarial. En España, en los últimos cuatro años cada vez más compañías están demandando esta clase de servicios y percibiendo su valor.
Las situaciones más propicias para la contratación de un servicio de interim management son entre otras, la sustitución temporal de un cargo directivo, la reestructuración de un negocio, la intervención en la evaluación o tras la adquisición de una empresa, el lanzamiento de un nuevo producto o servicio, la gestión de un complejo proyecto, la expansión hacia nuevos mercados, la profesionalización de una empresa familiar o de una start up ya lanzada y consolidada. Escenarios todos ellos en los que los directivos interinos pueden aportar su talento y experiencia de más de 20 años de media.
Las ventajas de la contratación de un Interim Manager son evidentes para las empresas. Éstas acceden a talento, en este caso, senior, disponiendo de perfiles directivos muy especializados en su función o en su sector de actividad, y los tiempos de aterrizaje y toma de control de la situación son cortos ya que por su acreditada experiencia, son eficaces, productivos y rentables. Al tratarse de una persona ajena a la organización, no está condicionado por situaciones cainitas o históricas de la empresa y posee una perspectiva neutra de la situación, lo que le permite tomar decisiones sin que un vínculo emocional le impida actuar.
La contratación de los directivos se articula a través de empresas especializadas adaptándose el servicio a las necesidades de la organización demandante de esos servicios y estableciendo la modalidad de colaboración de una manera flexible y adaptada. Al tratarse de una contratación mercantil, la empresa que contrata no asume costes de estructura y no tendrá que compensar económicamente cuando el periodo del servicio contratado termine. El precio de esta clase de servicios de Interim Management depende del tipo de proyecto y el perfil del directivo asignado.
Por la versatilidad y carácter multidisciplinar del servicio, las empresas especializadas en prestar los servicios de interim management poseen un importante registro de profesionales senior capaces de afrontar con solvencia los retos más exigentes. Este es también uno de los principales valores de las empresas de Interim Management; a través de sus expertos en reclutamiento evalúan los directivos más adecuados a cada necesidad de cualquier naturaleza con el fin de prestar el mejor servicio para el cliente.
El Interim Management se está convirtiendo en una herramienta de gran valor estratégico para las empresas porque la flexibilidad que aporta esta modalidad de trabajo equivale a ganar competitividad. La sostenibilidad y el crecimiento de una empresa dependen, en gran medida, de su capacidad de adaptación para resolver situaciones puntuales sin sobrecargar su estructura. Los costes variables asociados a proyectos mejoran la rentabilidad, facilitando un mayor y más rápido retorno de la inversión.
En España, la coyuntura económica reciente ha hecho que actualmente haya disponible una gran cantidad de profesionales con acreditada experiencia y exitosa trayectoria que pueden encontrar en esta figura una oportunidad para prestar sus servicios y seguir en el mundo del trabajo. Es una realidad, que el directivo con una edad superior a los 50 tiene difícil reincorporarse al mundo laboral. En este sentido, un directivo interino tiene la oportunidad de prestar y compartir su experiencia en diferentes empresas y/o proyectos. No ofrece la estabilidad un puesto fijo, hay que reconocerlo, pero ¿qué trabajo a día de hoy garantiza una verdadera estabilidad? El mercado laboral está cambiando y nos guste o no, las nuevas modalidades de trabajar van a ser una práctica cada vez más común.
De la experiencia acumulada en los últimos años, se ha acreditado que los directivos asignados muestran en el desarrollo de su actuación un alto compromiso con la empresa con la que se colabora y un alto índice de eficacia y eficiencia en la consecución de los mejores resultados.
Es muy gratificante comprobar como un directivo asignado en un servicio de interim management resuelve eficazmente una necesidad concreta de una empresa con su experiencia y conocimiento acumulado y a la vez forma y mentoriza a generaciones más jóvenes de la organización. Las empresas que están probando estos servicios repiten por los evidentes beneficios que les están reportando y cada vez más están demandando estos servicios en España.
Artículo escrito por Patricio Gil, socio director de ePunto, colaboradores de Generación SAVIA