El edadismo en el entorno laboral español es una realidad que afecta, entre otros colectivos, a los profesionales senior. Sin embargo, en mercados como el estadounidense, la edad no se tiene en cuenta en los procesos de selección. Si esto es posible en EEUU, ¿podemos trasladarlo al mercado laboral europeo? Para ello necesitamos sensibilizar a la sociedad y provocar un cambio de mentalidad en las organizaciones.
Pero no solo las empresas y los reclutadores necesitan ese cambio, debemos empezar por nosotros mismos. Y esto comienza por centrarnos en nuestra propuesta de valor, dejando fuera de la ecuación nuestra edad.
Así nos lo ha contado el coach ejecutivo Javier Cuesta en la nueva sesión formativa online de Savia “Cómo olvidarse de la edad y centrarse en el valor.
Cuando hablamos de edadismo nos referimos a los estereotipos, prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad en cualquier ámbito. En un entorno laboral, el edadismo se refiere a aquellas situaciones o procesos de selección donde la edad puede ser un motivo de descarte o contratación del candidato. Los más afectados de esta discriminación laboral son los menores de 25 años, las mujeres y los mayores de 45 años.
Como señala el ponente, “nunca se debe descartar a nadie por su edad, ya sea un perfil más joven o más senior. A veces luchamos el edadismo con edadismo, comparándonos con otras generaciones y esto debe cambiar. El debate importante es: quitar la edad de nuestra vida”.
Y quitar la edad de nuestra vida, también implica no tenerla en cuenta para el empleo. La edad no es una competencia técnica y por tanto no se debe contratar a alguien por esta cifra. Es importante que nos contraten por nuestro perfil profesional, formación y habilidades, independientemente de que tengamos 23 o 50 años.
Para aumentar la tendencia de contratar por las competencias técnicas y profesionales, los reclutadores deben evitar preguntas como la edad, el estado civil (que además acentúa normalmente la discriminación por género) y la pregunta del salario.
Pero el candidato también debe cambiar su mentalidad. Señala Cuesta que “cuando piensas que tu valor profesional es independiente a tu edad, te centras realmente en el impacto de tu propuesta y de tu experiencia”. Con esto se crea lo que llamamos la mentalidad del valor.
Aunque llevemos tiempo buscando nuevas oportunidades laborales sin éxito o no tengamos un salario fijo, nuestra propuesta de valor no cambia. Debemos buscar otras formas a fin de que valoren nuestro expertise: interim management, freelancing, colaboraciones, emprendimiento, reskilling…
Si queremos trabajar para un tercero, no solo basta con enviar nuestro CV, debemos cuidar nuestra marca personal, nuestras redes profesionales como Savia o LinkedIn, hacer networking con los reclutadores, headhunters, etc. Es importante que se fijen en nosotros.
A través del networking, por ejemplo, se empiezan a hacer colaboraciones y proyectos y nuestra mente vuelve a ponernos en valor. Puedes saber más sobre el networking para conseguir nuevas oportunidades laborales aquí.
“Tenemos que construir nuestra carrera profesional diversificando y haciendo que nuestra trayectoria sea una combinación de consultoría, autoempleo, emprendimiento, colaboraciones, mentoring, coaching, etc.” señalaba Cuesta.
Es fundamental entender que todos tenemos un valor incalculable y único. En concreto los profesionales senior cuentan con un gran capital profesional y expertise, tienen formación corporativa y del mercado, más formaciones debido a su trayectoria y gran experiencia de vida. Por eso, debemos empezar el cambio por nosotros mismos, creyéndonos nuestro valor profesional para conseguir nuevas oportunidades laborales independientemente de la edad.
Javier Cuesta es coach ejecutivo, Headhunter y Board Advisor. Ingeniero de Materiales y Licenciado en Químicas de formación. Cuesta ha operado en Europa y EEUU para el grupo Michael Page International y en la actualidad es Partner de la firma Lincoln Leadership Advisors y es Coach Ejecutivo del IESE.
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