He de confesar que estaba totalmente ajena al término “Edadismo”. No solo yo, que tengo 53 años, sino mi madre, que tiene 75. “Mamá, estoy haciendo un artículo sobre Edadismo. ¿Sabes de qué se trata?”. Se queda pensativa. Unos segundos de silencio y responde. “No. ¿Será que tiene que ver con dadaísmo?”. Nos reímos.
Comencé a investigar y resulta que este término casi tiene mis años. En 1968, un psiquiatra llamado Robert Butler, acuñó el término para referirse a la discriminación de las personas mayores, basada en prejuicios y estereotipos respecto a la edad. Si en ese tiempo se estaba hablando del Edadismo, quiere decir que sí, desde hace mucho tiempo tener más edad, significa para la sociedad y, sobre todo, para el mundo laboral, que estás fuera de circulación. Pero esto no es lo peor. Lo peor es que casi 30% de hombres y mujeres con más de 45 años afirman haber sufrido en España algún tipo de discriminación por su edad. Esto según el Instituto Nacional de Estadística.
No sé. Podría deciros que inclusive antes se sufre esta discriminación y más si eres mujer. Viví en Madrid cuando tenía 35 años. Era el sueño hecho realidad. Una ciudad que me apasionaba y me enamoraba. Muy joven. Al menos, así lo pensaba yo. Con ya una trayectoria profesional interesante y con muchos deseos de comerme el mundo. No recuerdo cuántos currículum envié, pero os aseguro que fueron más de 100. No recibía ninguna respuesta, ninguna llamada. Hasta que un buen día decidí llamar a la Cámara de Comercio. Hablé con una profesional del Departamento de RRHH. Necesitaba que alguien me asesorara. Y lo hizo: “Te recomiendo que no coloques la edad en tu Currículum para que al menos puedas conseguir una entrevista”. Caí en shock. ¡Solo tenía 35 años!
Hoy, ni pienso en buscar trabajo en una empresa. Lo hacía hasta hace poco, sabía que era el empleo perfecto, sabía que yo era perfecta para ese cargo….pero, por supuesto, sin primeras o segundas respuestas. Por otro lado, estoy cansada cuando al leer los anuncios, limitan la edad hasta los 30 y pico. Algo insólito.
Me considero una joven de 53 años en la mejor etapa de su vida. Desde los 45 y, sobre todo desde los 50, me considero una mujer plenamente libre. Soy feliz, soy entusiasta, sé muchísimo, nada me asusta. ¿Por qué se tiene el pensamiento de que a los 50 años ya casi que ni sabes manejar un ordenador?…y no digas las redes.
El otro día estaba en un grupo de Escritura de Facebook donde una de las participantes hablaba de Pinterest e indicaba que era una red para personas entre 25 y 45 años. ¿Alguien me lo puede explicar? Yo comencé hace unos meses y estoy fascinada y mis amistades manejan Pinterest, Instagram y para de contar porque además es parte de nuestra profesión. Estoy indignada y porque estoy indignada, quiero escribirles aquí varias cosas interesantes que por ahí conseguí.
La edad no es un indicador fiable para juzgar la productividad o empleabilidad de un trabajador. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha recomendado la eliminación de todas las políticas de jubilación obligatoria con el fin de beneficiar a los trabajadores, los empleadores y las economías. Aun así, prácticamente en todos los países se mantiene la edad de jubilación obligatoria y entre algunas razones es porque, según expresan, esto permite brindar a los más jóvenes una oportunidad laboral. Esto es falso. Sino, analizad España, solo por citaros un ejemplo. “Las políticas que regulan las edades de jubilación obligatoria no ayudan a crear empleo para los jóvenes, como se había previsto inicialmente, sino que reducen la capacidad de los trabajadores mayores de contribuir y reducen las oportunidades de que las organizaciones se beneficien de la capacidad de los trabajadores mayores”. Esta es la conclusión que se desprende del artículo “El edadismo en el lugar de trabajo” publicado por la OMS (Organización Mundial de la Salud)
Hace unos años mi madre volvió a su tierra, Galicia. Hasta los 72 años, trabajaba en otro país como Administradora en un Colegio. Además de esto, es Filóloga y tiene un Master. Estas carreras las estudió a través de la Uned. Toda la vida ha estado estudiando (y todavía lo sigue haciendo). Cuando llegó a España, me dice: “Y ahora ¿qué hago? Aquí desechan la capacidad de los mayores, de aquellos que más saben, de aquellos que tienen una experiencia extraordinaria. ¿Por qué no puedo seguir trabajando aquí?”
Debemos cambiar. Debemos cambiar los estereotipos, cambiar la percepción que tenemos y que se nos muestra de la persona que envejece. No debemos desecharlos. Debemos aprovecharlos.
Les dejo un dato: Para 2050, uno de cada cinco de nosotros, casi 2000 millones de personas, tendrá 60 años o más. Según Expansión, se contabilizan 120 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16.
Según el Instituto Nacional de Estadística “el índice de envejecimiento en España es del 120%, superando en dos puntos porcentuales al del año pasado (2017). Asturias (241%) y Galicia (195%) son las regiones más envejecidas. Son Ceuta, Melilla, Murcia, Andalucía y Baleares las únicas que presentan una mayor proporción de jóvenes. En 1985 no llegaba al medio centenar el número de mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, pero a partir de 2000 nuestro país comienza a presentar una mayor proporción de senior que de jóvenes”.
¿Y entonces? ¿Nos podemos dar el lujo de no contratar a profesionales mayores a 45 años?
Este término realmente me encanta. Descubrí a Laura Rosillo, especialista en formación de trabajadores senior, a través de una entrevista del diario El Periódico que reseñó Factorhuma. Estoy totalmente identificada con ella…y sé que vosotros los estaréis cuando leáis lo siguiente:
La madurescencia es “una época para reinventarse, en la cual ya sabes qué quieres, en qué eres bueno, y en la que, por lo general, sientes una libertad que no tenías antes. Es algo nuevo porque nunca antes se había tenido una esperanza de vida tan larga."
¡Me siento exactamente igual!
Los Golden Workers (Trabajadores 'de oro') es el término con el que se les conoce a los senior en el mundo anglosajón, “por todo el talento y experiencia que aporta a la empresa, algo que aquí se deja escapar. Los seniors somos una generación madura, con experiencia, que conoce los valores y a los clientes de su empresa, y los atajos para su conquista. Estamos en forma y con una expectativa de vida mucho mayor que la de nuestros antepasados. Y, sin embargo, la prejubilación desperdicia gran parte de ese talento”.
“Debemos inventarnos la madurescencia, una época para reinventarse, algo que puede hacerse con mucha pasión. Es una nueva necesidad, porque nunca antes se había tenido una esperanza de vida tan larga. (…) Es un periodo absolutamente fecundo y rico, maravilloso. En él ya sabes qué quieres, en qué eres bueno, y tienes, por lo general, una libertad que no tenías a otra edad”
Si queréis leer más, visitad el Blog de Laura Rosillo
Escarbando en la red, me conseguí con la enumeración de todo lo que aporta un trabajador senior a la empresa. Os invito a que completéis esta lista.
1. Una agenda de contactos abultada e interesante
Comencemos a añadir:
6. Estabilidad. A diferencia de los jóvenes, el talento senior busca permanecer e identificarse con la empresa.
7. El talento senior puede ofrecer sus conocimientos a los profesionales más jóvenes a través de programas de coaching/mentoring, La Organización Savia lo hace y esto es algo que debe multiplicarse en cada ciudad.
En mi búsqueda para este artículo, conseguí uno publicado en el diario El Universal de México, en el cual destacaban la importancia de las personas mayores en una sociedad como la japonesa. En una entrevista al Embajador de Japón en México, explicó que en su país “el papel del gobierno es fomentar una sociedad donde cada uno pueda participar activamente, sin importar la edad”.
Japón es el país con mayor población envejecida. Un país de 127 millones de habitantes en la que 33 millones son considerados como adultos mayores y más de 65 mil son centenarios. Para ellos deprimirse y sentarse a ver pasar la vida no es una opción.
Y si no, os cuento el caso de Masako Wakamiya. Después de trabajar 43 años para un banco, se jubiló. Tenía 60 años y decidió que quería seguir estudiando y, sobre todo, que quería aprender a usar un ordenador. Y vaya que sí aprendió. Con más de 80 años, se convirtió en la programadora más veterana en crear una aplicación para Iphone en su App Store.