El desempleo en el colectivo de profesionales +50 representa cerca del 30 por ciento de las personas paradas en nuestro país. En total son 847.400 los mayores de 50 años que se encuentran en situación de desempleo. Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al tercer trimestre de 2023 de la Encuesta de Población Activa (EPA) apuntan que el desempleo en el colectivo sénior sigue representando a casi 1 de cada 3 parados en España.
El dato más preocupante es la proporción de parados de larga duración, que afecta a aquellas personas que han estado buscando empleo sin éxito durante un año o más. En el caso de los profesionales mayores de 50 años este dato se sitúa en 479.800 personas, lo que supone un 42% respecto a la cifra total de parados de larga duración de nuestro país, que asciende a 1.132.700 personas.
Estos datos muestran la dificultad de reincorporarse al mundo laboral del colectivo de personas sin trabajo y que han pasado de los 50, pues a más edad hay mayor dificultad para encontrar un empleo. Esta situación pone de manifiesto la importancia de seguir apostando por la diversidad generacional por parte de toda la sociedad. El talento sénior es un activo fundamental, ya que su experiencia les permite aportar soluciones que enriquecen a las organizaciones, gracias además a su capacidad de resiliencia y adaptabilidad.
El paro de larga duración, que tanto afecta a este colectivo, tiene amplias implicaciones sociales y económicas. A medida que la población envejece, el acceso al empleo se vuelve más difícil para los sénior, pues la edad a menudo se traduce en prejuicios en el mercado laboral. El informe sobre “El desafío de la diversidad generacional en la empresa española” elaborado por Grant Thornton, que se presentó en Madrid el pasado 27 de junio y recoge esta realidad, asegura que el 70% de las empresas considera que existe una mala gestión de la brecha intergeneracional que afecta negativamente al desarrollo de su actividad, y el 84% de las compañías están poniendo en marcha medidas para mejorarlo a través de la creación de entornos para fomentar la relación entre generaciones o con programas de mentoring, entre otros.
Ante esa situación, iniciativas como Generación SAVIA, un proyecto de la Fundación Endesa y la Fundación mashumano, tienen como principal objetivo impulsar la empleabilidad de los profesionales sénior, ayudándoles a explorar nuevas salidas profesionales y a superar la discriminación por edadismo. Generación SAVIA ofrece a los desempleados sénior orientación y formación, y trabaja para fomentar la concienciación del mercado laboral sobre las aptitudes de los trabajadores de más de 50 años.
La responsable del proyecto en la Fundación Endesa, Elsa Novo de Miguel, subraya que para combatir el edadismo y reducir las cifras que la EPA nos muestra trimestre tras trimestre, es necesario “fomentar una nueva mirada de toda la sociedad hacia la diversidad generacional, una nueva percepción que reconozca la experiencia y las capacidades de los sénior, como su flexibilidad y alto grado de compromiso tanto con sus empresas como con los proyectos que se les encomiendan. Son personas que buscan sentirse involucrados como parte de un equipo”.
Además, Novo de Miguel señala algunos puntos que el proyecto Generación SAVIA, con más de cinco años de experiencia estudiando el mercado laboral y la situación en él de los sénior, ha identificado como de gran ayuda para las personas de +50 que están buscando un trabajo. “La formación continua para adaptarse a nuevas necesidades, así como los programas de reciclaje y capacitación, el uso de la tecnología y el conocimiento del mercado laboral resultan fundamentales hoy en día para impulsar la empleabilidad sénior”.
Asimismo, tal y como recuerda Novo de Miguel, “el emprendimiento es una herramienta de gran utilidad y por la que Generación SAVIA y muchos de sus sénior apuestan cada vez más. Una buena muestra es la creciente importancia de los Premios +50 Emprende, que se han convertido ya en el gran certamen del emprendimiento sénior en España”.
Manuel Mazón, sénior de 52 años de Generación SAVIA, decidió emprender su camino como técnico comercial tras un largo período buscando empleo. Manuel vivió en primera persona la experiencia de ser un parado de larga duración, la cual califica como “muy dura sobre todo psicológicamente” y asegura que “la ayuda de Generación SAVIA fue una reactivación fundamental en mi estado de ánimo y confianza en nuevas entrevistas de trabajo. Yo sabía desde hacía tiempo que sin apoyo sería muy difícil superar la situación. Fue como resetear mi mente, vaciar todo lo negativo e iniciar de nuevo desde mi base de experiencia, pero con una perspectiva diferente”.
Oriol Maluquer, otro sénior de 53 años de Generación SAVIA, lleva más de un año buscando empleo, tarea que “combina con distintas formaciones orientadas a mejorar mi perfil profesional, especialmente en el ámbito de las hard skills, poniendo foco en competencias digitales”, según relata. Oriol achaca la discriminación por edadismo a “una creencia equivocada de que al sénior le pueda costar convivir profesionalmente con perfiles diversos, y le resulte más difícil mantener el ritmo de trabajo de perfiles no sénior, o incluso que no tengan la misma ambición de crecimiento profesional”. Finalmente, insiste en la importancia de la diversidad generacional porque considera que “es enriquecedora e importante, y sospecho que es algo que se están perdiendo muchísimas empresas”.