Ana María Cabezas nació en Valladolid y a sus 59 años se ha convertido en la ganadora de la IV Edición de los Premios +50 Emprende gracias a su proyecto SOY Calidad, un software integral ERP que digitaliza la gestión de las normas ISO, para que su implementación y el día a día sea sencilla, integral y colaborativa. Un proyecto con futuro y que está recogiendo sus primeros frutos. “Somos muy optimistas con el futuro, tras mucho trabajo, contamos con la confianza de grandes clientes como ACCIONA o el grupo Solca. Estamos en un magnífico momento para crecer, el equipo es espectacular y en España hay 60.000 empresas certificadas en calidad, estamos preparados para llegar a ellas y ayudarles a llevar de manera más sencilla sus sistemas de gestión de las normas ISO”.
No obstante, pese a que el futuro ahora se presente optimista, la ganadora de los mayores premios de emprendimiento del talento senior, no ha tenido unos inicios fáciles. Tras estudiar la carrera de económicas en Valladolid, como muchos otros jóvenes graduados decidió trasladarse a Madrid para trabajar en el departamento financiero. Empezó así una trayectoria profesional de 25 años en la dirección financiera en grandes y medianas empresas. A su vez, Ana puso en marcha varios proyectos emprendedores como el mayor secadero de jamones de España y también participó en la posición de liderazgo de importantes empresas. “Creo que siempre fui intraemprendedora y aunque hubo parones en mi vida profesional para dedicarme a mis hijos, siempre tuve la capacidad de recomenzar”. Porque Ana es multidisciplinar, una mujer activa que siempre tuvo muchas inquietudes, por ello, en paralelo y desde hace 15 años, decidió probar suerte como docente donde compartía con sus alumnos experiencias, aprendizajes, dictando ética empresarial, contabilidad y calidad en escuelas y universidades de España y Latinoamérica.
Hasta el momento todo iba bien, “hasta que las canas comenzaron a asomarse y tuve un traspiés laboral”, denuncia Ana cuando se enfrentó a la búsqueda de empleo. “Daba igual la experiencia previa y la formación, era una cincuentona. Sentía que tenía mucho que aportar aún y que estaba en el mejor momento; por mi conocimiento, experiencia y sensatez... pero parece que eso solo lo veía yo”.
Ante la desesperación de no recibir respuestas, la fundadora de SOY Calidad se incorporó a un proyecto que supuso perderlo todo. “Me quedé sin nada, sin trabajo, sin ahorros, solo tenía mi cabeza y mis manos , no había cabida para la pena, porque todas mis fuerzas las tenía que poner para salir adelante”. Durante este periodo tan complicado a nivel profesional y personal, tras sufrir este duro golpe apareció una oportunidad a 8.000 kilómetros. Ana aceptó ser decana de la universidad tecnológica en Arequipa, Perú, donde años antes había puesto en marcha acciones educativas. “No lo dudé, hice las maletas y emigré sola a un país para comenzar una nueva vida profesional”.
Tras un año como decana apareció la calidad en su vida profesional en Lima como asesora a la presidencia en el Instituto Nacional de la Calidad, lo que abrió las puertas para hacer trabajos como consultora en varios proyectos enfocados con la calidad y la mejora de procesos y la transformación digital, apoyando a empresas a lograr su certificación ISO.
Inmersa como consultora de calidad y adquiriendo y aprendiendo los conocimientos del sector y con una actitud de continua mejora, la ganadora de la IV edición de los Premios +50 decidió lanzarse a una nueva aventura profesional para seguir creando oportunidades que el mercado laboral no facilitaba. Ana pretendía resolver un problema que no estaba resuelto, pero las circunstancias y sus socios que se estaban apropiando del dinero que ella aportaba a la empresa, decidió dar un paso al frente y crear SOY Calidad. “Mi emprendimiento tuvo su origen en resolver una necesidad no cubierta, que era la enorme complejidad de implementar un sistema de calidad basado en las normas ISO. Pensaba, igual que sería imposible llevar una contabilidad a mano, por qué hacerlo con un sistema de gestión de la calidad que es más complejo".
Sumida en su nuevo proyecto, la fundadora de SOY Calidad capitalizó todos sus conocimientos que adquirió durante su experiencia profesional, y aplicando lo que había aprendido diseñó el sistema de su software, inicialmente para la ISO 9001 y después para otras normas.
Todo este cambio le ha supuesto a Ana Cabezas una serie de aprendizajes ante los obstáculos que ha vivido y que ella misma destaca:
Uno de los prejuicios más extendidos en nuestra sociedad es la falta de habilidad de los trabajadores mayores de 50 años ante la tecnología, lo que podría conllevar a que las empresas consideren que no sea necesario el reciclaje ni la actualización de las capacidades de los profesionales +50. De hecho, según el informe de la Fundación Haz “Carrera y Talento 2022”, visibiliza que únicamente el 20% de las empresas destinan este tipo de beneficios al talento senior.
No obstante, esta visión está lejos de la realidad. En el estudio de Generación SAVIA sobre los efectos de la crisis del COVID-19 y del confinamiento en los mayores de 50 años desempleados, concluimos que más del 70% de los seniors consultados afirmaron que, durante los peores meses de la pandemia, habían apostado por prepararse, formarse y mantener la mente ocupada. Seis de cada diez establecieron rutinas, entre las que destacan los hábitos formativos que pueden resultar aplicables a la búsqueda de empleo. Un ejemplo de esta realidad de reciclaje profesional es Ana María Cabezas. “Cuando me faltaba conocimiento o necesitaba reforzarme, traté de subsanarlo estudiando, estando muy pendiente de los cambios tecnológicos”.
Ante si había sentido algún microedadismo o discriminación tras haber cumplido los 50 años, Ana destaca que nunca lo permitió y que ser senior también es sinónimo de aprender y de mejorar igual que el talento más joven. “Demostré las arrugas de la piel son lo que son, pero la actitud frente a la vida, ganas de aprender, de mejorar solo depende de uno y no del tiempo”.
Unas habilidades, conocimientos y actitud que combinan perfectamente con su equipo, principalmente compuesto por profesionales jóvenes. Para la fundadora de SOY Calidad la diversidad generacional es una bendición ya que los equipos se complementan por su formación -ellos son del sector IT y ella financiera- y su experiencia. “Juntos nos convertimos en un equipo invencible” que ha sembrado mucho trabajo y cosechado grandes éxitos.
Uno de estos éxitos ha sido el galardón de los Premios +50 Emprende, una iniciativa de Generación SAVIA (proyecto de la Fundación Endesa en colaboración con la Fundación máshumano) y la productora 02:59 Films, que llevan cuatro ediciones impulsando el talento senior y promoviendo el emprendimiento en este colectivo que lo tienen muy difícil por la cultura del edadismo. Para Ana, estos premios le han aportado mucha alegría y energía, dándose cuenta de que tras muchos años de esfuerzo, compromiso y tesón los sueños también pueden cumplirse. “Quiero agradecer a todas las empresas y profesionales que trabajar para que cada año haya una nueva edición. Gracias por impulsarnos a soñar a los +50”.